Ortuño: «Las familias inteligentes son aquellas que se centran en solucionar los problemas en el salón de casa, en su círculo»

«La crianza positiva es la que construye un puente estable sobre el cual andan hijos e hijas, el puente tiene dos baldas: una es la atención emocional (amor y apoyo incondicional, vínculos) y la otra la gestión de conductas, normas y límites. Cuando surgen problemas en casa o escuela es porque hay un desequilibrio en el puente y, como que somos madres y padres porque así lo hemos decidido, tenemos que buscar el equilibrio porque las dos baldas dan seguridad en el camino, en el crecimiento de los niños/niñas y adolescentes». Con estas palabras introdujo Antonio Ortuño, la charla «Familias Inteligentes: Aplicación práctica para la parentalidad positiva».

Y, que son las familias inteligentes? Antonio Ortuño las definió como aquellas que se adaptan a los cambios, que aceptan que todo proceso implica conflictos y que buscan el equilibrio del puente sobre el cual evolucionan hijos e hijas. «Son aquellas familias que se centran en solucionar los problemas en el salón de casa porque saben que aquello que pasa adentro se reproduce fuera del círculo», añadió.

Para Ortuño, son también inteligentes las familias que conocen las dos cajas de los hijos e hijas: la caja de las cosas que les gustan y la caja de las cosas que no les gustan, las cosas que les da pereza hacer o las cosas de las que tratan de escaquearse.

Semáforo inteligente

En la charla, el psicólogo Antonio Ortuño expuso, con sentido del humor y un lenguaje llano, situaciones reales de problemas cotidianos y nos presentó la técnica útil del semáforo inteligente: cómo actuamos y cuales son las posibles reacciones.

  • Semáforo rojo: decisiones que, solo, toman madres i padres
  • Semáforo amarillo: decisiones que madres y padres negocian con hijas e hijos
  • Semáforo verde: cómo confiamos en las decisiones que toman nuestros hijos e hijas

Semáforo rojo: decisiones que, solo, toman madres i padres

El psicólogo ejemplificó en situaciones reales cuando decidimos el color Rojo – que quiere decir NO-, qué ocurre y cómo tenemos que actuar ante situaciones reactivas provocadas por el No. «Cuando digamos ‘NO puedes seguir mirando la tele’, hay una reacción emocional (cabreo) y es muy importante empatitzar, atender la emoción y conectar, hacer un acercamiento amable con la emoción y con cuatro palabras – ser muy breves, empleando las palabras «comprendo» o «entiendo» y, a continuación, puede surgir también la estrategia de la insistencia o peor aún la manipulación pero hay que quitarle todo el valor, contextualizarla, no discutirla, no otorgarle realidad ni valor porque esa estrategia no se puede tolerar», señala.

El psicólogo expuso que en el semáforo rojo, madres y padres tienen que mantener el autocontrol emocional, está prohibido enfadarse porqué el amor y el apoyo a hijos e hijas es incondicional y no tiene nada que ver con la decisión que se ha tomado o la situación que se ha generado. «No podemos entrar al conflicto, tenemos que conocer la reacción emocional que conlleva el decir NO, ser amables con las emociones y firmes en el pensamiento, lenguaje y conducta», destaca.

Semáforo amarillo: cuando madres o padres decidimos negociar una decisión con hijos e hijas

En la técnica del Semáforo inteligente, el color amarillo es una oportunidad para que decidan nuestra hijos, es una oportunidad para que aprenda a asumir responsabilidades, haciendo un acercamiento, una conexión con todo aquello de la caja que les gusta y dedicar más tiempo para la ilusión que para la obligación o la caja que no les gusta.  «Tenemos que tirar de la ilusión, para plantear alternativas y que nuestro hijo o hija decida,  y madres y padres mantener el control de las consecuencias», destaca el psicólogo.

Como ejemplo, Ortuño expuso una situación cotidiana «cuando nuestros hijos o hijas nos reclaman, por algo de la caja que los gusta»:

Hijo: -«Echamos una partida a la play?

Padre: – Claro, vamos a jugar una partida a la play porque he estado practicando un truco y he mejorado mucho, recoge la habitación en un momento y echamos una partida.

«Hemos conectado con la ilusión, con aquello que les gusta, para plantear la obligación de recoger la habitación, hemos soltado dos cosas a nuestro hijo o hija y ahora tiene que decidir él o ella: recoger la habitación y jugar a la play,  él o ella tienen ahora el control de las alternativas y nosotros, madres y padres, tenemos el control de las consecuencias» y añade con humor «las alternativas ya no dependen de nosotros, quedamos liberados y a la espera y mientras, seguimos haciendo la cena escuchando rock y tan contentos».

Semáforo verde: cuando son nuestros hijos e hijas los que deciden.

El semáforo verde es cuando la decisión ya no es de madres y padres, está plenamente delegada a nuestros hijos o hijas. En este color es clave el respeto y la confianza en ellas y en ellos y no se tiene que intervenir ni invadir la decisión o el espacio que ya ha dejado de ser de madres o padres. «Si volvemos a hacer nuestra una decisión que ya es de ellos o de ellas, cometemos el error de no confiar y esto es una límitación a evolucionar o a hacerse responsables, es también una demostración de desconfianza hacia sus posibilidades y capacidades», destaca Ortuño. En este color las familias tienen que manejar los miedos, las emociones y las desconfianzas hacia los hijos e hijas.

«Las contradicciones provocan unos daños muy graves en las nuestras hijos e hijas»

Cómo destacó el psicólogo, «sea cúal sea el color del semáforo que elegimos en cada situación, es muy importante mantener el mismo color en tres aspectos: pensamientos, lenguaje y conducta, para evitar un estilo educativo contradictorio».  Según Ortuño- cuando  las famílias pasan del rojo, al amarillo y al verde en la misma decisión o actuamos  diferente en aquello que hemos dicho o pensamos trasladamos el caos a nuestros hijos e hijas.

En esta manera de proceder dice Ortuño que «el puente se tambalea hasta el punto de la precipitación o la caída de nuestro hijo o hija porque no encuentra sentido en nada y porque perdemos toda la credibilidad como padres y como madres», destaca Ortuño.

Para acabar, Antonio Ortuño recomendó la lectura de las diferentes publicaciones editadas. Al acto asistieron cincuenta madres y padres y contó con la presentación de Màrius Fullana presidente de la FAMPA- Valencia. Pròximamente Antonio Ortuño hará charlas en Castellón y Alacant.