La junta directiva se reunió este fin de semana para tratar temas que preocupan a las familias de la escuela pública. Como punto central, la inclusión y la nueva ley. Queremos una escuela inclusiva real.
Desde de la Confederación Gonzalo Anaya consideramos que todos los niños y niñas tienen derecho a una educación pública de calidad. Las asociaciones de padres y madres nos hacen llegar quejas concretas sobre la falta de recursos en los centros ordinarios para atender los que necesitan más apoyos. Uno de los puntos en los cuales hemos insistido en los últimos años es la falta de educadores para las aulas CYL en las tres provincias. Los plazos para cubrir las plazas son demasiado largos para unos niños y niñas que necesitan atención continúa. Además, el alta rotación de los profesionales que están en estas aulas hace difícil el avance del alumnado, máxime cuando la mayoría se encuentran dentro del trastorno del espectro autista, y precisamente el que más necesitan son rutinas y un personal estable para aportarlos seguridad y poder avanzar.
“La integración del alumnado que necesita más apoyo no puede quedarse escrito en un papel como es el decreto y la nueva orden de inclusión, tiene que ser real en cada centro de enseñanza pública, con los recursos que sean necesarios. No puede haber un desequilibrio entre los centros que apuestan por la inclusión y los que no lo hacen. Nos encontramos en todo el territorio valenciano, en las tres provincias, centros desbordados por el número de alumnado que necesitan apoyo curricular, mientras otros centros no los tienen a este alumnado matriculados. En la provincia de Alicante y en comarcas concretas de Valencia como La Safor o La Ribera, nos encontramos claros ejemplos.”, indica el presidente de Gonzalo Anaya, Txomin Angós.
Otro tema importante que hemos detectado y en el cual queremos insistir es en el salto que hay respeto en los apoyos educativos de la educación primaria a la secundaria. La normativa habla de inclusión en toda la educación obligatoria, pero bien es verdad que para el alumnado de las aulas CYL se inicia una etapa de incertidumbre cuando llegan a secundaria. Posamos como ejemplo la voz de alarma que han levantado las familias de la comarca de Camp de Morvedre o de L’Horta Sur a la provincia de Valencia. Solo 3 centros en la provincia de Valencia disponen de aulas CYL, un número insuficiente si lo comparamos con las aulas CYL que hay operativas en educación primaria. Qué pasa con estos niños y niñas y las necesidades educativas de las cuales no desaparecen cuando cambian de etapa?
Estas son algunas preguntas que las familias de la escuela pública nos hagamos después de comprobar como es el día a día de un alumno con necesidades especiales en los colegios e institutos públicos.
La inclusión en las aulas es un tema muy importante para las familias porque afecta al desarrollo de nuestros hijos e hijas en todas sus vertientes. Por eso, no entendemos como la Administración nos hace llegar tarde la normativa que regula la atención que nuestros hijos e hijas, con necesidades especiales, recibirán. Volvemos a informarnos que habrá una nueva orden sobre inclusión a través otras vías que no son las oficiales, lo cual impide que las familias de la escuela pública puedan participar en la misma aportando su perspectiva desde el conocimiento que tienen del funcionamiento de sus hijos a casa. La verdadera inclusión en las aulas empieza en casa y creemos que el centro educativo y las familias tienen que trabajar juntos para conseguir que cada alumno y alumna llego a ser todo el que puede ser con garantías y recursos.